Pues ahí, en esa sensación o imagen que haya podido venir a ti, es donde me gustaría que te detuvieses durante unos minutos y que mientras lees este texto, puedas ceñir con mimo y amor cualquier cambio natural que llegue a tu vida. Así, en términos generales, pero muy especialmente en todos aquellos cambios que llegan a la mujer como consecuencia de la menopausia y los años previos a esta, el climaterio.

La Sociedad Internacional de la Menopausia (SIM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) acordaron celebrar el 18 de octubre el Día Mundial de la Menopausia, con el objetivo de ayudar a crear conciencia respecto a la necesidad de prestar atención a la salud de la mujer y poder prevenir síntomas frecuentes en esta época.

Aunque es cierto que cada mujer puede vivir este momento de su vida de manera muy diferente, sí que hay una serie de características físicas y emocionales que de una forma u otra pueden hacer acto de presencia en alguna etapa de esta época. Desde la información, la curiosidad y la intención de autoconocimiento, aumenta la atención y los cuidados en las mujeres durante este estado fisiológico, con la finalidad de mejorar la calidad de vida.

Como mujer y como coach, de manera personal y profesional, he puesto el foco en esta apasionante etapa de la mujer y lo he hecho junto a Zara Ramírez, otra mujer entregada a su propio cuidado y su profesión, la fisioterapia, ofreciéndonos su especialidad en suelo pélvico.

Juntas y acompañadas cada vez de más mujeres, os proponemos un taller llamado Abrazando mi menopausia, en el que, en un ambiente de sororidad, empatía, comprensión y diversión, damos cabida a cuantos cambios puedan llegar, acogiendo y abrazando las necesidades de cada cual, aportando herramientas para poder conocer mejor nuestras emociones y nuestro cuerpo, siempre con la intención de un autocuidado que sume a nuestra salud.

Te dejo algunos consejos para vivir las distintas fases de la menopausia con plenitud:

• Mantén un estilo de vida saludable con una dieta sana, equilibrada en la que esté presente el calcio para prevenir la osteoporosis.
• Ponte en marcha con la actividad física que más afín sea a ti (los ejercicios de fuerza ayudan a mantener masa muscular y densidad ósea). Te sentirás mejor y te ayudará a evitar sobrepeso. Además, te ayudará a conciliar mejor el sueño.
• Evita tabaco y alcohol.
• Ante los posibles cambios en las relaciones sexuales producidos por sequedad vaginal, entre otros síntomas, utiliza el uso de lubricantes o cremas hidratantes vulvares, sin olvidarnos de la comunicación con la pareja para poder expresar cómo te sientes, qué notas o qué te gustaría cambiar. Comprensión, paciencia y muchas dosis de cariño. Hay mucho por descubrir.
• Respeta tus cambios emocionales. No te juzgues. Todo es aprendizaje.
• Comparte con personas de tu confianza y con profesionales todo lo que te inquieta.

Mucho por descubrir ante la mujer que vives, que eres y serás.

Mucho por abrazar, desde el cariño, el amor y el mimo.

Guarda siempre una mirada cariñosa para ti misma, pues toda la luz que pongas en ti, será reflejada en los demás.

Enri Sánchez Quílez

Coach motivacional.

Había confianza.

Esa creencia, esperanza y fe que alguien tiene, con respecto a otra persona, entidad, grupo o para con uno mismo, apropiada en cada momento determinado.

En estos párrafos nos vamos a centrar en la confianza que podemos llegar a depositar en los demás.

¿Has caminado alguna vez con los ojos cerrados dejándote guiar por alguien?

La confianza nos permite, además, mantener esos ojos cerrados para poner más atención en los sonidos; tanto los externos, el circular de los coches, las voces lejanas o cercanas de otras personas; como los internos cuando consigues oír tu propio corazón emocionado, asustado en ocasiones o ilusionado en otras.

Cuando tenemos la firmeza de que otra persona puede acoger una determinada situación, nos libera, pues de esta manera nos resultará más fácil delegar y esto aligera buena parte de nuestros compromisos y tareas. De la misma manera que cerramos los ojos dejándonos guiar sabiendo de antemano que el trayecto será exitoso, al delegar con confianza podemos centrarnos en otros sentidos y tomar mayor consciencia de lo que nos rodea. Al confiar algunas acciones, nos es posible focalizar nuestra atención en otros aspectos.

¿Cómo podemos trabajar la confianza en los demás y sentirnos dignos de ella?

*Con asertividad. Comunicándonos de manera honesta y sincera.

*Poniendo coherencia entre los que piensas, dices y sientes.

*Siendo éticos con nuestros valores; haciendo las cosas de la manera correcta afín a estos valores que nos rigen, incluso en los momentos o en las decisiones más complicadas.

*Con empatía. Ponernos en el lugar del otro nos dará una visión más amplia de lo que sucede.

*Con compromiso. Las personas comprometidas inspiran confianza, pues dan tranquilidad a la hora de tolerar la incertidumbre.

Las relaciones interpersonales plenas son necesarias, pues generan alegría y felicidad.

Tanto para uno mismo, como para ofrecerla a quien decidas o para recibirla, caminar de la mano de la confianza te va a permitir recorrer kilómetros de experiencias con los ojos puestos en tus propósitos.

“Cierra los ojos, tiende la mano, abre el corazón y confía”

Enri Sánchez.

Coach motivacional. Facilitadora de cambios.

“Yo no soy de eso”. Esta es una frase que suelo escuchar a menudo a algunas personas y que he pronunciado también en ocasiones al respecto de mi misma, de mis gustos, de mis preferencias, cuando hacemos alusión a cualquier actividad que no hemos llevado a cabo o que hemos vivido solo en alguna que otra ocasión, seguramente con unos resultados no muy deseados.

Solemos pronunciar esta frase con total seguridad llevados por el autoconocimiento y el convencimiento de nuestra identidad y de lo que nos conviene. Es genial si esta determinación te hace sentir bien y la pronuncias con total convicción.

Yo voy a hacer hincapié en esas ocasiones en que la pronunciamos, aunque inconscientemente, desde la zona de confort, la que nos tiene más ligados al miedo, a la vergüenza, a la pereza o a la falta de confianza entre otras emociones y que nos impiden experimentar dándonos la posibilidad de vivir nuevas sensaciones.

La zona de confort puede ser un lugar cómodo y seguro, pero en el que nada grandioso o diferente ocurre y nos puede llevar a la rutina.

Te invito a cambiar el “yo no soy de eso” por “voy a probar quién soy yo con eso” y de esta manera dar rienda suelta a tus deseos, a proyectar o imaginar como serías y quién serías tú con esa acción, cómo se enciende tu mente; a actuar, si es necesario, con miedo, ese miedo adaptativo que llega de la mano de tu decisión y que puede abrirte puertas al conocimiento de tus posibilidades y capacidades. En definitiva, a darte oportunidades nuevas que te permitan vivir en primera persona quien eres y de lo que eres capaz.

Es posible que las primeras veces no obtengas los resultados que buscabas, pero si está en tu deseo, persevera, no sentencies la experiencia por las primeras impresiones. Si “quieres ser de algo” date las oportunidades necesarias, porque los comienzos, aunque inestables, crean cimientos.

¿Y si hubiésemos dejado de andar la primera vez que lo intentamos y caímos?

¿Y tú, de qué eres? Lo más seguro es que seas de aquello que desea tu alma o imagine tu ilusión. Dales el gustazo de vivirlo. Date el gustazo de SER.

Enri Sánchez Quílez

Coach motivacional. Facilitadora de cambios.

Entraste en mi vida como un elefante en una cacharrería. De repente, intensamente y acaparándolo todo.

Conseguiste anularme física y emocionalmente. Yo vivía para ti, enganchada a ti. Me levantaba y me acostaba pegada a ti; éramos una sola persona. Vivía encerrada contigo, sin salir por si te hacía sufrir o no te sentaba bien.

Incluso en mi trabajo, ahí estabas tú, enrollada a mi cuerpo, privándome de mis ganas de trabajar, arrebatándolo todo, vida trabajo, cuerpo y alma.

Y así has vivido dentro de mí, a mi costa. Dejé de ser YO para pasar a ser TÚ durante un largo tiempo.

Pero ahora mismo te he sacado de dentro de mí y vuelvo a ser YO, poco a poco, sin prisa. Tengo claro que he tenido que luchar y he necesitado ayuda para despegarte de mí. La suerte de tener cerca a personas que han volcado su cariño con comprensión y mi trabajo consciente y valiente junto a Enri desde el coaching, han hecho que vuelva a encauzar mi camino.

Camino que estaba lleno de malas hierbas y maleza y que, gracias a la ayuda de este proceso, ha vuelto a ser limpio y lleno de cosas buenas y hermosas con las que me voy encontrando al volver a caminar.

En este momento, querida compañera, te llevo conmigo, pero ni me arrebatas ni te adueñas de mi vida. Te llevo en mi mochila como puedo llevar otras cosas que me sirven para recorrer mi camino, cosas que me sirven para aprender y seguir adelante. Cosas que no quiero ni puedo dejar marchar porque forman parte de mí cada día, pero que ya no me pesan.

Tú eres una de esas cosas, mi querida, FIBROMIALGIA. Compañera de viajes. Solo me acompañas. No elijes el camino.

Gracias.

Eva Rodrigo.

Titulo este artículo declinando los verbos de esta manera para poner el foco y la atención en el autocuidado de cada uno de nosotros. Un mimo y una dedicación para uno mismo que nos llevará a tener también una mayor calidad y entrega en el cuidado de los demás.

En el día a día, tanto a nivel personal como profesional, hay personas a nuestro alrededor a las que se les pretende dar un cuidado, facilitarles alguna situación, solucionarles otras o ser apoyo o escucha para ellas. Y así creamos unas relaciones sociales y familiares más plenas y satisfactorias. Pero estas no podrán ser tales si no prestamos plenamente atención a nuestras necesidades propias, pues aunque también somos receptores del cuidado de los nuestros, no podemos esperar en muchos casos que lleguen casualmente las atenciones de los demás. Unas veces porque no han percibido la necesidad y otras veces porque no les resulta posible llegar a donde necesitamos.

De ahí la importancia de que, la intención de bienestar parta de uno mismo.
Algunas creencias podrían hacernos pensar que priorizarnos es egoísmo, y a veces provoca culpa y vergüenza, pero lo cierto es que es esencial para la salud física, mental y emocional de cada cual.

En muchos casos, nuestra educación nos lleva a pensar que recibir amor, elogio o reconocimiento está ligado al cuidado que tengamos para con los demás. Y en ocasiones no se da esta acción-reacción, pues, pese a los esfuerzos de entrega, no llega ese ansiado reconocimiento y nos puede invadir un estado de frustración y apatía.

No es fácil cambiar según que hábitos, pero ¿qué tal si lo intentamos? Nadie dijo que sea fácil, pero sí será un camino de aprendizaje y de ejemplo si se consigue vivir sin juicio propio y ajeno y de manera respetuosa con las emociones y sensaciones que nos puedan abordar.

Algunas de estas sugerencias y recomendaciones te pueden servir para hacer del autocuidado un hábito en tu vida:
• Poner límites a situaciones que no puedes acoger por el motivo que sea.
• Saber decir NO.
• Pide ayuda cuando lo necesites.
• Acoge la ayuda que te ofrezcan.
• Haz algún tipo de ejercicio que te haga disfrutar.
• Cuida tu alimentación.
• Descansa las horas necesarias.
• No juzgues ante cualquier situación no deseada. Toma consciencia y aprende de ella.
• No te responsabilices de la vida de los demás.
• Vive desde el agradecimiento.

No desesperes ante la dificultad de llevar a cabo con facilidad este tipo de acciones, pues todo cambio conlleva su tiempo. Siempre estamos a tiempo de acoger cambios que puedan aportar y enriquecer nuestra vida.

El autocuidado es una forma generosa de vivir, tanto para ti como para los tuyos, pues el bienestar fluirá en todas las direcciones con responsabilidad, alegría, amor, paz y equilibrio.

                                                        Enri Sánchez.
                                                        Coach motivacional.
                                                        Facilitadora de cambios. 

En ocasiones se puede pensar que el coach y el psicólogo tienen competencias parecidas, por ello cabe remarcar las diferencias, pues aunque ambos profesionales abarcan las mejoras emocionales, los cometidos son muy diferentes.  Y justo son esas diferencias las que marcan el carácter mismo del coaching, cuyo principal objetivo es motivar y acompañar a quienes deseen sacar lo mejor de ellos mismos en el plano individual o profesional. Un camino que se transita desde el presente hacia el futuro con el deseo de lo que se pretende alcanzar como objetivo. 

Por el contrario, el psicólogo, se ocupa de las emociones de la salud afectiva y mental, a veces incluso desde un enfoque clínico. 

En psicología se ahonda en la causa de los problemas y se realiza un chequeo genérico del estado de las personas. 

Aunque comparten varias cosas, el coaching tan solo se centra en algunos elementos puntuales de dicho chequeo, como pueden ser la autoestima, el nivel de motivación o las creencias que pueden estar limitando la consecución de objetivos concretos, entre otros. 

El coach siempre será un acompañante observador activo, cuya labor consiste en cuestionar, interrogar y buscar las causas de una situación o estado de ánimo, evitando juzgar y sacar conclusiones por su cuenta. 

Ha de ser el cliente quién lo haga con un proceso dialéctico por ambas partes y la toma de consciencia de sus conclusiones. 

El coach no puede ni debe entrar en las competencias de un psicólogo para las cuales él no está preparado. 

El mismo código deontológico del coaching es el que aconseja derivar ciertos casos a profesionales de la psicología pues ellos, están capacitados para asumir otras competencias. 

El psicólogo es el profesional que se dedica a estudiar, diagnosticar y tratar problemas y entorno psicológicos, o cualquier conducta anormal. Estudia la psiquis, trabajando en la prevención, el diagnóstico y la rehabilitación. 

Si después de leer esto, todavía te surgen algunas dudas al respecto del profesional que puede ser más oportuno para ti en este momento, si consideras necesaria una ayuda, no dudes en accionar, preguntar y exponer tus necesidades. Junto con la ética de ambos profesionales, sabrán orientarte al proceso que más valor te puede aportar. 

Enri Sánchez

¿Te sientes identificado o identificada con esto?

Puede que tus vacaciones estén a la vuelta de la esquina y no tengas intención alguna de abrir todavía tu nuevo bloc de notas o agenda. ¡Enhorabuena y a disfrutar mucho! No te olvides de desconectar de todo cuanto necesites para conectar contigo mismo.

Pero si la vuelta al trabajo está próxima es el momento de soñar con buena letra.

Echo la vista atrás para recoger un hábito que proviene de mi infancia y lo mantengo hoy en día. Cuando empezaba el cole, la ilusión por lo que me podía ofrecer el nuevo curso y mi intención de que fuese productivo, divertido, esclarecedor, favorable y comprometido, me llevaba a hacer la letra muy clara y bonita.

Esa claridad me permite un mayor entendimiento. Además, hay pausa en la escritura, pues hay dedicación y consciencia de cuanto quiero plasmar. Esto me permite ser más organizada. Mi reto es el de mantener esa letra no sólo los primeros días de septiembre, sino de manera continuada para no perder estas intenciones que comparto. Desde mi experiencia, es un signo inequívoco de que mis ideas y acciones no se precipitan y de esta forma las puedo vivir concienzudamente.

Pues bien, hablo de la letra porque su grafía puede ser facilitadora a la hora de tantear nuestro estado emocional y nuestra precipitación de intenciones.

Pero aquello que queremos guardar, recordar y llevar al papel, ha pasado antes por nuestra mente. Primero ha sido un deseo, una intención, un sueño, un objetivo…algo que, con el tiempo, requiere una acción. Y aquí, en este inicio también sería conveniente hacer “buena letra” y dar forma bonita, concesiva y respetuosa a nuestras intenciones. De esta manera, cuando llegue la hora de abordarlas desde la realidad que se impone en cada momento, nos resultará más sencillo modificar, ampliar o gestionar conforme a nuestros intereses.

Así pues, concedámonos la oportunidad de soñar claro y así poder poner rumbos favorables a nuestros objetivos. Esto nos permitirá volver a una rutina que tendrá connotaciones mucho más positivas de las que tendemos a atribuirle a esta palabra.

Te dejo aquí algunas sugerencias con intención motivadora para acoger el futuro inmediato con predisposición, motivación y alegría:

• Busca tus minutos de paz para poder conectar con aquello con lo que sueñas y deseas.
• Busca objetivos motivadores y sencillos a corto plazo que te impulsen personal y profesionalmente.
• Permítete escribirlos “con buena letra” como modo de respeto y concesión para con tus intenciones.
• Disfruta del aquí y ahora para que cada segundo cuente.
• Da un sentido a todo cuanto haces, intentando enlazarlo con tus valores.
• No te sobrecargues de responsabilidades.
• Haz ejercicio físico con el que disfrutes.
• Concédete silencios.
• Cuida las palabras que pronuncias para que sean favorables a ti.
• Haz más uso del “quiero” y menos del “tengo que”.
• Encuentra el equilibrio entre lo profesional y lo personal.
• No te olvides de poner límites cuando sean necesarios.

Y piensa que tú eres un ser único y cada sugerencia se puede adaptar a tus necesidades. Sería muy interesante que tengas en cuenta tu intuición. Sabrá susurrarte bien.

Si te identificas con lo que has leído y crees oportuna una ayuda para llevarlo a la práctica, desde el coaching te puedo ofrecer esta posibilidad.

El coaching te ayuda a definir y proyectar con claridad tus sueños, ofreciéndote un buen entendimiento y aseo emocional.

Enri Sánchez.

Busco en el diccionario para cerciorarme de si la RAE contempla la palabra poyo o si forma parte de mi particular saquito familiar de mi pueblo. El tiempo que llevo sin pronunciarla me ha hecho dudar.

Poyo (del latín pódium; repisa): Banco de piedra, yeso u otro material que se construye arrimado a la pared y junto a la puerta de la casa.

¡Efectivamente! Contaba con el respaldo de la Real Academia Española para pronunciar esta palabra cuyo significado no tiene más respaldo que el de la pared que la contiene.

Al traerla de nuevo a mi presente consigo darle un mayor realismo. Y de manera inmediata, junto a ella llegan cientos de recuerdos ligados a tiempos pasados que se respiran como presentes. Solo que yo no quiero pronunciarla y escribirla sin el sufijo que, para mí, le aporta familiaridad, protección, hogar y posibilidad de soñar. El “poyico” de la puerta.

Ahí, en esas noches de verano, rodeada de familia, recuerdo conectar con sueños e ilusiones, muchos de los cuales se han cumplido y otros por los cuales quiero seguir luchando. Echar la vista atrás me da la fuerza, la creatividad y la motivación para seguir haciéndolo.

Algunos de esos deseos nacieron de escuchar a mi madre, a mis tías, a mis hermanas y primas, a mi abuela o a las vecinas. Sus voces relatando hazañas o vivencias eran banda sonora para poder proyectar yo mis ilusiones. Y en las ocasiones en las que mi voz se alzaba en el ambiente acogedor, tenían como respuesta miradas y comentarios de apoyo que se transformaban en creencias potenciadoras.

Me apetece traer a presente este recuerdo para subrayar la importancia y el poder de ese “poyico de la puerta” donde se compartían momentos poderosos y encontrar así los paralelismos y semejanzas con ese espacio que hoy en día podemos, y creo que debemos compartir con familiares y amigos.

Actualmente se vive, en términos generales, en un momento en el que compartimos mucha información en redes sociales. Esto está genial porque nos permite hacernos guiños y saber los unos de los otros cuando estamos lejos. E incluso conectar con personas maravillosas en ámbitos personales y laborales, que de otra forma no hubiese sido posible, o por lo menos tan fácil.

Pero ojalá esto no sustituya las oportunidades que nos surjan para reunirnos y compartir con presencia, con profundidad y confianza, con miradas, con aromas y tacto. Con intenciones de escucha y deseos de relatos para seguir encontrando la empatía, comprensión y diversión al aunar nuestras voces. Para seguir dibujando en el poyico de la puerta o en nuestros corazones aquellos sueños que quedarán arropados por aquellos a quienes queremos y nos quieren.

Compartir los sueños en comunidad y hermandad donde hay confianza, es empezar a vivirlos.

Enri Sánchez.

Una de las herramientas más poderosas que tenemos los coaches son las preguntas. En las sesiones de coaching tienen un protagonismo más que merecido por todas las reflexiones a las que nos conducen. Pero no todas las preguntas llevan consigo una respuesta rápida, segura o fluida. Hay ocasiones en las que las respuestas son… ¡silencios! Y esos momentos son maravillosos porque, cuando nos concedemos silencios, entramos en un estado de conciencia en el que nos damos tiempos para la reflexión, la oportunidad de mirar en direcciones diferentes a las que hasta ahora habíamos puesto foco. Nos encontramos con tiempos más que necesarios para decidir o para escuchar lo que desde el corazón está deseando salir en forma de voz. Y una vez lo pronunciamos, adquiere mucha más intención por nuestra parte.

Si estos silencios los llevamos a nuestro día a día, sabiendo escoger el momento idóneo para seguir con el eco de esa pregunta que alguien nos formuló o esa cuestión que nosotros mismos tenemos pululando en nuestra reserva de planteamientos, llegaremos a un hábito saludable donde los haya, en el que podemos encontrar verdad alineada con nuestros objetivos y nuestros deseos y será una plataforma de impulso y motivación para ponernos en acción con aquello que queremos llevar a cabo, desde la responsabilidad y la posibilidad que nos acompañe en ese momento de nuestra vida.

Además, los silencios relajan nuestra mente, alivian el estrés y reducen los niveles de ansiedad. Estos momentos silenciosos refuerzan el sistema inmunológico y mejoran el estado de ánimo.

Busca silencios en tu vida.

Y lo puedes hacer de muchas y bonitas maneras. Con diez minutos al día, puedes encontrar infinitos beneficios.

Prepárate un baño relajante, busca espacios en la naturaleza, encuentra el lugar en tu hogar donde te puedas permitir estos silencios y reencuéntrate allí con tu calma.

Estos momentos te van a conceder revisar tus comportamientos y proyectar aquellos que te vayan a enriquecer en cada una de tus acciones.

El silencio es la antesala de una acción consciente y responsable.

Enri Sánchez.

Es mi deseo acompañarte en ese vuelo grácil y equilibrado que propone la libélula.

A veces, una pregunta, un silencio, un enfoque diferente, te puede llevar a descubrir caminos favorables a tu propósito.

Te acompaño a guionizar, dirigir y protagonizar proyecto de vida.

Si te inspira e ilusiona esta posibilidad, contacta conmigo y en una primera sesión totalmente gratuita, decidimos si trabajar juntos puede ser un buen comienzo para aquello que desee llevar a la acción.

¿Deseas abrir el telón de tus sueños?